Parte Este de Asturias
Visitamos Ribadesella, Llanes, Cangas de Onís y Lagos de Covadonga. La parte más maravillosa de la costa Este de Asturias.
Sin duda todo un encanto y la parte más turística y visitada de la tierriña. Asturias no pasa desapercibida para nadie. Quien la visita, repite y repite una y otra vez. Sin cansarse de los paisajes, de su gente, de su belleza y de su pura naturaleza.
En esta parte del recorrido estuvimos dos días muy intensos, agotadores pero a la vez reconfortantes y muy gratificantes. Si bien es cierto que no pudimos gozar de tiempo de playa, bien porque solo contábamos con estos dos días para esta parte del recorrido y por otro lado porque el tiempo no acompañaba. Es cierto que no hacía frío y en algunos momentos del día con algunos rayitos de sol se estaba la mar de a gusto, pero meterse en el Cantábrico es cosa de valientes.
Estábamos en Pola de Gordón, un pueblecito a las afueras de León y colindando ya con el principado de Asturias. Ideal y precioso para desconectar con la familia o amigos. Nosotros estábamos hospedados en casa de nuestra cuñada y nos pareció el mejor planazo para este verano de 2020. Desde allí pudimos realizar nuestro viaje de 4 días frustrado por el confinamiento.
Ribadesella
Nuestra primera parada del recorrido fue Ribadesella. Fundada por Alfonso X el Sabio, esta ciudad pequeña pero entrañable contó con el mejor puerto marítimo asturiano en pleno siglo XIX. Sin duda también es famosa no solo por su trocito de historia (que Asturias tiene mucha), sino por su gran festival del Descenso del Sella. ¿Habéis oído hablar de él? (Alber os lo cuenta super bien en nuestro vídeo en Youtube. ¡No te lo pierdas! Os dejamos el enlace al final del post).
Si llegáis hasta el puerto hay una zona pequeña donde se puede aparcar de manera gratuita. Nosotros fuimos entre diario y la verdad es que tuvimos la gran suerte de encontrar aparcamiento sin dificultad. Pero bien es cierto que es algo complicado porque es una ciudad pequeña y con escasos parkings.
Lo más recomendable para visitarla es perderse por sus callecitas típicas asturianas, quedarse embelesado por sus escaparates y comerse algún dulce típico de la tierra para ir abriendo boca.
Si te gusta ver las ciudades desde las alturas, no te pierdas el mirador de la Ermita. Se puede subir andando (también en coche) el problema es la gran dificultad que tendréis para aparcar; así que si ya tienes el coche en buen sitio, no seas remolón y sube andando. Este sitio es ideal y ofrece unas vistas al río Sella increíbles.
Acantilados del Infierno
Fueron nuestra segunda parada. Ya alcanzamos la media mañana y antes de irnos a comer a Llanes, nos paramos en esta pasada de paraje. Sin duda todo un acierto. Cuando bajas del coche (hay una pequeña zona de aparcamiento con merenderos) ya gozas de la plena naturaleza que ofrece esta tierra. Parece sinceramente que estamos en Suiza con este verdor tan impecable.
Se trata de una ruta costera por todos los acantilados que ofrece la zona. El camino es bastante fácil (yo iba embarazada y llevábamos a Sia que tiene 3 años). Lo único recomendable es llevar calzado cómodo para andar por terreno abrupto. Lo mejor de todo es ver los bufones que se encuentran a 300 m de altura. Cuando el mar está enfurecido los bufones saltan con una fuerza increíble dejando una panorámica espectacular. Si te das cuenta y sigues el camino aproximadamente 1 km, empezarás a ver los acantilados. La ruta son unos 5 km y si te apetece hacer un trekking diferente y poco frecuentado ¡Esta es tu ruta!.
Llanes
A escasos km de los acantilados del Infierno nos topamos con Llanes. Una localidad increíble que ostenta el título de «muy noble y leal villa». Sin duda es una ciudad increíble y si os dejáis llevar pasaréis el resto del día por aquí. Es preciosa con unos rincones maravillosos y alguna de sus playas tienen formaciones rocosas, muy diferentes a las playas del sur o del este de España a la que estamos acostumbrados a ver.
¿Dónde comer en Llanes?
Se nos echó el tiempo encima y lo primero que hicimos fue ir a comer. Disfrutar de la rica gastronomía asturiana es toda una gozada. Os dejamos dos sitios super recomendables y fascinantes. ¡Ojo! Si vas buscando precio, todos los restaurantes de la zona oscilan los mismos precios, cincuenta céntimos arriba o abajo, así que no te vuelvas loco.
- Sidrería Colón. Justo en frente del puente donde pasa el río y donde disfrutarás de unas maravillosas vistas. El menú del día son 15 euros, y a parte de salir rodando, gozarás lo rica que está la comida. Nosotros pedimos fabada asturiana y carrilleras guisadas. ¡Increíble! Si no puedes con el postre casero… puedes elegir café o infusión para ayudar hacer la digestión.
- Casa Canene. Se encuentra en la callecita pequeña y estrecha que sale de la derecha de la sidrería Colón. Es un bar también muy típico y muy recomendado por lo que lo encontrarás a tope. Nosotros no tuvimos opción porque estaba muy muy lleno y no queríamos esperar, así que elegimos el otro, que por supuesto finalmente resultó ser super recomendable. Pero aquí la pinta de la comida no estaba nada nada mal. ¡Normal que vaya toda la gente!. Su menú del día eran 14,5 €.
¿Qué ver?
- Después de comer la parada obligatoria es un paseito por el casco histórico de la ciudad. Cualquier parte, tanto la zona del mini puerto, como la muralla o la catedral son lugares preciosos para visitar mientras bajamos la comida.
- Cubos de la memoria. ¿No lo habéis visto en las redes? Justo en el puerto grande se encuentran, junto al faro. Son preciosos y decorados con muchos colores. Es un punto turístico muy atractivo y al rededores un par de playas increíbles: el Sablón y Toro. Son unos grandísimos bloques de hormigón cuya función es proteger el puerto. Pero cuando el oleaje viene fuerte son todo un espectáculo.
- Mirador de la ciudad. Justo en la playa de el Sablón, podéis encontrar una pequeña colina que sube a un mirador estupendo y que ofrece unas vistas maravillosas. Si hace calorcito, a bajo justo hay un puesto de helados, así te hará más refrescante la subida.
Bufones de Pría.
Se han convertido en estos últimos años en un punto muy atractivo. Su razón no es más que unas grietas en la roca caliza en este enorme y majestuoso acantilado. El agua del mar viene con fuerza y se cuela por estos agujeros provocando este fenómeno tan espectacular que no podéis perderos.
Playa de Gulpiyuri.
Hasta hace muy poco era un lugar un tanto secreto y poco conocido para los turistas. Ya sabéis que las redes tienen su parte positiva y su parte negativa. La positiva es que puedes descubrir lugares maravillosos a los que añadir a tu ruta y la negativa… pues que acaban siendo muy masificados y que el ser humano no cuida el medio por lo que se deterioran rápidamente.
Esta playa es perfecta y si tenéis la suerte de que la veis cuando sube la marea es maravillosa. Es muy muy pequeña y metida en el medio natural. A su izquierda un caminito que puedes subir a la parte mas alta del acantilado. Nosotros tuvimos la suerte de que había caballos y a Sia le encantó.
Os queremos contar que no vayáis a horas de máxima afluencia porque el aparcamiento es extremadamente pequeño.
Cangas de Onís
Nuestro alojamiento lo teníamos en Cangas así que no dudamos en ir para relajarnos un poco y descansar. Se llamaba, Hotel los Acebos. Con unas vistas maravillosas al río, pequeño, local pero muy limpio y recomendado para pasar una noche. Nos costó una habitación doble para tres 50 € sin desayuno.
Terminamos el día con un rico paseo por el pueblo. Es encantador, pequeño y tiene así una similitud a Andorra. Lo más característico es el puente romano.
¿Tienes hambre? Por el centro y a lo largo Del Río encontrarás innumerables bares y restaurantes típicos de la zona. Nosotros queríamos tomar algo rápido y rico, pero la verdad es que estaba en pleno julio a tope. Un sitio super guay que tenía alguna mesa disponible dentro fue: Cuarentagrados gastro bar.
Lagos de Covadonga
A la mañana siguiente nos despertamos con fuerzas y muchas ganas porque nos íbamos a los grandísimos lagos de Covadonga, a escasos km de Cangas.
La verdad es que es un paraje increíble y que si vas a Asturias no puedes perderte. ¡Eso sí! Hay que mirar antes el tiempo porque probablemente no este a tu favor. La mañana se levanto nublada con unas nubes muy bajas y espesas. No tenía mucha pinta de que fuera a despejarse así que decidimos hacernos los remolones y no llevar prisa, porque las nubes iban a estar también en los lagos y seguramente no se vería nada.
Para subir a los lagos, tenéis que dejar el coche en los parques de abajo. No os preocupéis porque hay más de 4000 plazas de garaje gratuitas. Aunque si se os hace un poco tarde os veréis obligados a aparcar bastante abajo.
¿Puedo visitar los lagos libremente?
Bueno la verdad es que sí, pero tenéis unos horarios de corte. En verano y festivos es de 8:30-21:00h. Si lo hacéis antes o después de este horario, las vallas estarán abiertas para poder pasar con vuestro coche libremente y de manera gratuita.
Precios y horarios
De lo contrario tendréis que coger un autobús que os sube siguiendo el siguiente horario: 9:00-19:30h. El tíquet vale 9€ cada adulto. De 3-12 años 3,5 € y menores de 3 años gratis. Podéis comprar los billetes online, pero os aconsejamos no hacerlo, ya que no sabéis si os encontraréis un día nuboso y no merecerá la pena subir porque no veréis nada.
Nosotros esta vez tuvimos mala suerte. Finalmente el día se quedo igual que amaneció y a pesar de quedarnos hasta media mañana no logró despejar. Pagar el autobús y subir con este tiempo lo único que consigues es decir que has subido pero realmente está todo tan nuboso que no se ve lo increíble que es este lugar.
Los lagos no son el único atractivo de este lugar, también podréis ver lo precioso que es Covadonga en sí. Al principio tendréis el Santuario sobre una gran roca (donde podréis acceder por supuesto de manera gratuita y siguiendo todas las medidas de seguridad e higiene indicadas). Es preciosa, pequeñita y con mucho encanto, además desde allí encontraréis unas vistas inmejorables a todo el enclave y la basílica. Desde este punto donde se encuentra la Virgen de Covadonga se hace la peregrinación hasta la Basílica. De hecho dicen que tienes que beber agua del manantial que baja porque es pura y curativa. (Pero esto lo dejamos para los creyentes). Aún así el sitio es espectacular y aunque no te guste la religión merece mucho la pena entrar.
La basílica está abierta y es gratuita. Solo depende de si está en horario de misa o no. Siempre es mejor ser comedido y no hacer mucho ruido. No olvides que hay que respetar aunque no cueste dinero entrar. Es uno de los lugares favoritos para nosotros. Si hace sol, brillará por todos lados y el paisaje desde lo alto es digno de admirar. Si está nuboso, igualmente es precioso porque le da un toque bucólico y diferente.
Covadonga se proclamó en 2018 como triple efeméride única dividiéndola en tres; la histórica, la natural y la espiritual. Por esto y por todo lo que os hemos contado hace que sea un lugar para enamorarse.