Hotel Concorde Singapur
Un hotel cómodo, moderno e ideal para ir en familia y poder visitar lo mejor de Singapur, ya que se encuentra a muy poco del centro de la ciudad.
Singapur es la puerta a Asia, un país pequeño pero con mucho que ofrecer. Su capital, tiene de nombre como su país, Singapur, es pequeña, recogida y de las más verdes y vibrantes del continente. Una joya que se escapa del resto de ciudades y capitales del Sudeste asiático. Lujosa pero a la vez colorida y llena de vida.
Es de las capitales más recogidas y respetuosas con el resto de culturas ya que en ella viven muchas comunidades como: la india, china o malaya. Un combo explosivo y lleno de color que te atrapará y cautivará según des el primer paso.
Esta capital es preciosa para visitarla al menos 2-3 días. La gente solo pasa en ella 24h para ver lo importante y creo que se queda corta para poder vivir sus «vibes». A nosotros nos enamoró y estuvimos incluso un día más a la vuelta de nuestro viaje de tres meses para poder revivir todo y ver lo que nos faltó los tres primeros días.
Nos alojamos en Hotel Concorde. Estaba en una zona comercial, con una longitudinal avenida llena de tiendas, centros comerciales y mucha vida por la noche. Había unos parques enormes y a pesar de ese bullicio, era bien tranquilo y cómodo.
Los hoteles en la capital son caros, no nos vamos a engañar así que dentro de lo que nos íbamos a gastar queríamos reunir una serie de requisitos como: habitaciones más espaciosas, desayuno incluido (ya que como os estoy contando esta capital es más nivel económico europeo) y piscina (para descansar un poco después de hacer una larga jornada de turismo y escaparnos un poco del calor). Esto más todas las buenas valoraciones que habíamos leído hicieron que no nos lo pensáramos dos veces y reservaremos este precioso hotel.

El personal era muy amable y atento en todo momento, nos informó de muchas cosas a nivel turísticas y también nos recomendó comer un día en el hotel, ya que tenían un menú buffet muy asequible y donde podríamos probar comida singapurense rica y casera. ¡Otro acierto por cierto! Disfrutamos no solo de una comida, sino que el día que volvimos de Universal Estudios tan cansados, también nos quedamos en el buffet de cena. Había mucha variedad, los platos eran maravillosos, combinando también con otras culturas gastronómicas como la china o la tailandesa y pudimos probar un montón de platos típicos como: bak chor, el wanton Mee o el bak tuk teh.

El desayuno también era extraordinario con opciones tanto para los locales orientales como para los turistas occidentales que buscamos más asemejarnos a nuestro estilo de vida saludable y escapar de los platos tan fuertes. Podías comer todo lo que quisieras porque era buffet y siempre en cualquier comida había un cocinero haciendo platos en vivo, el cual en el desayuno te podía hacer tortillas francesas rellenas, pancakes…
Las habitaciones estaban geniales, porque eran muy grandes y espaciosas. Tenía una terraza que daba a la piscina y como nos tocó una en el bajo, accedíamos de manera más rápida y podíamos dejar las toallas o ropa a secar sin problemas. Las camas eran muy cómodas y para las peques había dos literas muy cuquis.
La verdad es que si estás pensando en visitar Singapur, te recomiendo 100% este alojamiento. Según llegábamos con ese calor tan sofocante y húmedo que poco estamos acostumbrados los madrileños, nos metíamos en la piscina para refugiarnos un poco y recuperar pilas. Eso les daba vida a las peques. Después descansábamos un poco y salíamos de nuevo para seguir disfrutando hasta la noche de la ciudad. Que por cierto, por la noche hay otra vida más vibrante en los mercados callejeros o por las calles en general.


